POR IVETTE GABRIELA LOZANO FLORES
Recientemente, la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana, puso en marcha un proyecto que consistió en establecer zonas para fumadores, una iniciativa creada para preservar la salud de los miembros de la comunidad universitaria y buscar una sana convivencia, así como para cumplir lo que marca la Ley de Protección a la Salud de los no Fumadores en la Ciudad de México.
En entrevista para aleph, tiempos de reflexión, el maestro Luis Antonio Barbosa Noegerat, jefe de la Oficina de Gestión Ambiental de la UAM Azcapotzalco y líder del proyecto, destacó que cualquier dependencia gubernamental o privada debe contar con ese tipo de iniciativas —sobre todo en tiempos de pandemia— para evitar contagios pero, también, para mantener los ambientes saludables y ofrecer a la gente que pueda estar libre de algunos contaminantes; “de por sí, después de mucho tiempo estamos mermando y limitando la propagación del virus del Covid 19 para que le aumentemos vapores, humos, partículas suspendidas y más”.
El proyecto consistió en propiciar áreas pertinentes para toda la comunidad, de tal manera que se separaron y señalizaron las zonas referidas para los fumadores y así lograr una sana convivencia, respetando los espacios cerrados como pasillos, salones y lugares de paso obligado, así como establecer espacios adecuados para la comunidad de no fumadores.
Si bien es un trabajo que se había intentado realizar desde hace tiempo, fue hasta ahora que se logró, gracias a la emergencia sanitaria y también por una visita de inspección que realizaron a la Unidad por parte de una dependencia gubernamental de salud, en la que determinaron que no cumplía con algunos criterios establecidos en las regulaciones institucionales y una de ellas fue, precisamente, la de proteger a las personas no fumadoras.
Para ello, dijo Barbosa Noegarat, es necesario crear consciencia por parte de los integrantes de la institución para ocupar los espacios designados a cada actividad, de tal manera que colocaron carteles en todos los pasillos donde se puede ver parte de la Ley de Protección a la Salud de los no Fumadores, específicamente el inciso 9 del artículo 10, que a la letra dice:
“En la Ciudad de México queda prohibida la práctica de fumar en los siguientes lugares… en centros de educación inicial, básica, media superior y superior, incluyendo sus accesos, auditorios, bibliotecas, laboratorios, instalaciones deportivas, patios, salones de clase, pasillos, sanitarios y en las periferias de los mismos”.
Así, a lo largo de las instalaciones, se pueden encontrar ocho zonas para fumadores distribuidas de la siguiente manera: una, en el edificio D; dos, en la Plaza Roja, uno más en la plaza COSEI (Biblioteca); se ubica otra en la Plaza de los Encinos (edificio T, frente a Sistemas Escolares); en el centro del edificio H, colocaron una entre los edificios O, P1 y S (por los talleres de CYAD) y, por último, fuera del edificio M (frente a Mantenimiento). Asimismo, cuentan con 13 ceniceros, ocho en las áreas antes mencionadas y otros más en cada una de las entradas ya que no se puede ingresar con cigarro encendido.
“Todavía hay trabajo por hacer, pero la participación de los chicos que regresaron a sus actividades ha sido muy buena, están haciendo uso de las zonas exclusivas para fumar; cuando veo a alguna persona fumando en los pasillos o en un lugar no adecuado, se le invita a que pase a los puntos apropiados para ello y te dicen, “Perdóname, no sabía”; entonces, ya hay un cambio de paradigma en toda nuestra comunidad y se están adaptando bastante bien”.
En una primera etapa se trabajó con las colillas de cigarro: se realizó un análisis de los puntos en donde se encontraban la mayor cantidad de dichos residuos y fue ahí que se ubicaron las zonas para fumadores, “donde hay más colillas, quiere decir que hay una convivencia; por eso se eligieron así las áreas”, además de que la basura de los cigarros que dejan es un problema, pero, también, de contaminación ambiental. Dijo que a un corto o mediano plazo se buscará concretar una campaña con Servicios Médicos para aquellos que deseen dejar su adicción al cigarro y requieran ayuda.
A pesar de que es un proyecto liderado desde la Oficina de Gestión Ambiental, es un trabajo de diversos departamentos adscritos a la Secretaría de Unidad, como son Protección Civil, Servicios Médicos, Higiene y Seguridad, Intendencia, Vigilancia y Obras y Proyectos, quienes juntos forman un grupo llamado SATC —Seguridad, Ambiente y Protección Civil—, “entre todos juntamos las mejores ideas y aterrizamos en lo que se necesita para resolver un problema”.
En conclusión, con este proyecto se está avanzando con la problemática de la pandemia por Covid-19. En la UAM-A las personas pasan muchas horas; entonces, se trata de que toda persona tenga opciones para poder convivir, que se respeten los gustos, los espacios y derechos de todos; preservar la salud de la comunidad y tener una sana convivencia. “Si de por sí es incómodo estar con cubrebocas, para algunos se incrementa al estar inhalando humo o si alguien va saliendo del Covid y tiene secuelas respiratorias; entonces, buscamos que se tenga conciencia y empatía, además de salvaguardar la salud”, finalizó.
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