Sin laicidad no puede haber democracia: Patricia Galeana

  • Fue presentado Benito Juárez. Documentos, discursos y correspondencia, en la FILPM

POR JUAN MANUEL TIRADO JUÁREZ

A unos días de que se cumplan 212 años de su natalicio y en el marco de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM), se realizó la presentación de una edición electrónica que comprende 15 tomos recopilados por el ingeniero Jorge L. Tamayo, agrupados bajo el título Benito Juárez. Documentos, discursos y correspondencia. En el acto, la doctora Patricia Galeana Herrera, titular del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), subrayó la estatura intelectual del Benemérito de las Américas, presidente de este país entre 1858 y 1872, en diversos periodos.

            Juárez, dijo, es un referente obligado para los interesados en la historia de México, ya que “protagonizó la consolidación del estado nacional”, una tarea nada fácil pues, una vez concluida la lucha de independencia, el país registró “gran inestabilidad política”. Con una destacada participación, al político oaxaqueño —nacido en San Pablo Guelatao, el 21 de marzo de 1806— además le tocó actuar en medio de las disputas entre liberales y conservadores, que tuvieron como consecuencia las amenazas de intervenciones extranjeras, que se concretaron con la imposición del gobierno monárquico de Maximiliano de Habsburgo, dijo.

Esos años son de gran interés pues, luego de atravesar por diversos conflictos armados, la República salió avante después de haber sorteado las amenazas que pudieron haber convertido a nuestro país en un protectorado estadunidense o francés, aseguró. Durante su intervención, la también exdirectora del Archivo Histórico de la Nación resaltó que otro de los principales logros del juarismo fue la creación del Estado laico, lo que marcó el rumbo de este país y es un estamento que se debe conservar.

            Con Juárez se “superó el estado confesional”, mientras que diversos países de América Latina no lo han logrado. Así se perfiló la independencia del estado “respecto de la institución eclesiástica hegemónica”, la católica.

Sin embargo, aseguró que en los tiempos electorales actuales, candidatos y partidos quieren quedar bien con las iglesias, en particular con la católica. Esos coqueteos con una religión en especial vulneran uno de los principios fundamentales del juarismo: el laicismo; la obligación del gobierno es garantizar que los ciudadanos abracen el culto religioso que prefieran o no tengan ninguno. Exhortó a la “ciudadanía a defender el legado de Benito Juárez. Sin laicidad no puede haber democracia”, puntualizó. La experta —autora de 15 libros— recalcó a este medio: “Que no anden mezclando ahora la política con la religión”. Separarlos costó ríos de sangre y no podemos permitir que haya marcha atrás.

            Galeana Herrera reconoció el esfuerzo desplegado por el ingeniero Jorge L. Tamayo, quien durante años indagó acerca de diversos documentos y correspondencia de Juárez, y se dirigió al expresidente Adolfo López Mateos para que lo apoyara en esa titánica labor que, en un principio pensó, representaría ocho tomos, pero terminaron siendo 15.

Los materiales que recuperó y que ahora ya se pueden “bajar” de Internet, se recopilaron durante varios años e incluso la doctora Patricia Galeana se sumó a esos esfuerzos, señaló el doctor Cuauhtémoc Hernández Silva, adscrito al Departamento de Humanidades de la División de Ciencias Sociales y Humanidades. En esos documentos y epistolario se recuperan detalles no sólo sobre la vida de Benito Juárez sino también se plasman aspectos de la lucha liberal sostenida desde 1854 hasta el año de su muerte, ocurrida en 1872.

En esos tomos los interesados encontrarán “textos fundamentales para investigar, analizar y conocer la historia de nuestro país”, señaló a aleph el historiador egresado de la UNAM y doctorado por el Colegio de México.

            Es relevante recuperar la historia y sus personajes; ahora la tendencia es cortar — en las escuelas primarias y secundarias— las horas que antes estaban dedicadas al estudio de la historia, y “es esencial conocerla para tener un mejor presente y futuro”. Subrayó que el pasado 15 de julio se conmemoró el 150 aniversario del triunfo de la República y nadie se acordó: “El señor Peña Nieto se fue a correr”, y en la Comisión Permanente del Legislativo se habló del Día de la vaquita marina, ironizó. Esa situación no se da solamente en las escuelas sino también en nuestras clases políticas; finalizó pidiendo “¡Más historia por favor!”.

El ingeniero civil Jorge L. Tamayo, inquieto y versátil profesional que incursionó en diversos ámbitos a mediados de la década de los 50 del siglo XX, empezó a investigar y recopilar material relativo a su paisano, Benito Juárez García, que plasmó en dos libros: el primero, publicado en 1957 por el Fondo de Cultura Económica, Epistolario de Juárez, que contiene más de 461 documentos y, en otro, editado en 1970 y titulado Juárez en Chihuahua. Su apasionamiento por ese personaje y por los liberales de mediados del siglo XIX contagió a su esposa, Martha López Portillo, quien se convirtió en su colaboradora, enfatizó el licenciado Jorge Tamayo López Portillo.

Respecto al material reunido en los 15 volúmenes aludidos, refirió que en ese esfuerzo titánico y minucioso en donde virtualmente participó su familia —su madre y sus hermanos Eduardo y Alfonso—, se revisaron y compilaron más de 9 mil documentos que se plasmaron en 2 mil 400 páginas.

En su intervención matizó una faceta no muy conocida del prócer oaxaqueño: la del trato tierno con sus hijos, el amor por su esposa, Margarita Maza, y la amabilidad con sus amigos de la infancia y juventud. También se evidencia la pasión y la vehemencia para discutir temas políticos y la manera en que enfrentó problemas cruciales del país. Consideró que seguramente se seguirán haciendo trabajos sobre el Benemérito de las Américas, pero su investigación y la digitalización realizada en la Unidad Azcapotzalco de la UAM, convierten a la compilación “en un instrumento para el estudio histórico del siglo XIX en nuestra querida patria”.

            En la biblioteca del Recinto Homenaje a don Benito Juárez, ubicado en el Palacio Nacional, se encuentran los 15 tomos impresos de la edición, y ahora también en Internet la versión electrónica; esta es una obra fundamental de consulta, puntualizó el licenciado Carlos Mújica Suárez, encargado del citado lugar. Para los interesados en los textos —entre los cuales están Apuntes para mis hijos, Efemérides, Documentos 1805-1854, Gobierno de Comonfort, Guerra de Reforma 1854-1860, Guerra de Reforma y Tratados McLane-Ocampo 1860—, se pueden descargar y consultar en la dirección http://juarez.mhiel.mx/. El equipo que participó con Jorge L. Tamayo estuvo integrado por el doctor Hernández Silva, Aurelio López López, Álvaro Osvaldo López García, y Dulce María Millán Zarate, además de contar con el apoyo del INEHRM, la Cámara de Senadores, la UAM Azcapotzalco y la familia Tamayo López Portillo.

 

El desamor, la infancia y la música presentes en los cuentos de Vladimiro Rivas Iturralde

El más reciente libro del maestro Vladimiro Rivas Iturralde, El amante y el artefacto soviético. Relatos escogidos, que reúne quince cuentos, fue presentado hace unos días en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería. El volumen reúne algunas narraciones inéditas en México, entre ellas Edén subvertido, Gracias, Afrodita, El amante y el artefacto soviético, Música para nadie y otras que ya habían sido publicadas. Algunas de estas últimas recibieron un nuevo tratamiento del escritor nacido en Quito, Ecuador, pero residente en nuestro país desde hace ya varias décadas.

            El autor subrayó su gusto por contar historias, la mayoría cortas —aunque en alguna ocasión ha incursionado en la novela, como es el caso de El legado del tigre—, en las cuales trata sus obsesiones: “El amor (más bien el desamor), la infancia y la música”. Su afición por la música es tangible, “ha sido una constante” en sus narraciones y el tema de varias de las publicadas en esta edición —Música para nadie, Mozart, K.15 y Los pasos invisibles—; es la “búsqueda y realización de una forma literaria, una forma musical del relato”.

            Durante la presentación del volumen editado por la Unidad Azcapotzalco de la UAM en la serie El pez en el agua, refirió que cuando se sienta a escribir se imagina como un Juan Rulfo o un Jorge Luis Borges —dos de sus autores favoritos y guías en su quehacer literario—, pero al final, ironizó, no pasó de ser Vladimiro. En su intervención aludió al empleo de un lenguaje amoroso y riguroso proveniente de su voz interior, en donde pulula, además de los autores citados, Anton Chejov. De Borges, aprendió “el impudor y la audacia para plantearse mundos imaginarios; la austeridad, la auto exigencia, la idea y la noción de que las narraciones tienen un ritmo; de Rulfo y del ruso, “ese sentido humano, esa ternura extraordinaria que despliegan en todos sus cuentos”. Si algo de esas enseñanzas “he logrado en mis cuentos, pues qué bueno”, finalizó.

Gerardo Kleinburg, crítico y promotor musical, escritor, funcionario en gestiones artísticas y culturales e ingeniero bioquímico (quién confió que empezó a leer el libro un día antes y lo concluyó un poco antes de la presentación), subrayó los vasos comunicantes que existen entre la literatura y la música, como se hace evidente en la colección de cuentos de Rivas Iturralde. En esos textos, Kleinburg descubrió paralelismos con la vida de algunos compositores como Schumann, sensacionalista y torturado. Además de la musicalidad que encontró en los relatos también estuvieron los silencios, “en tensión creciente”, con cierta similitud a la música de cámara y, en otras ocasiones, con la música de orquesta.

En un nivel más íntimo, recordó ciertos pasajes de los cuentos relacionados con momentos de su vida, como cuando un niño quiere enamorar a una pequeña con música de Mozart, o el apasionamiento detonado por un compositor epiléptico como Mussorgsky, uno de sus favoritos. El título del cuento Música para nadie, es genial y brillante, dijo, pues aborda los avatares de un autor prolífico “que escribe aunque sabe” que sus creaciones no se interpretarán. “Todo Vladimiro y el libro caben en ese cuento”, es una pieza que “soporta al volumen”.

Al leer las narraciones de Vladimiro, “es inevitable preguntarse si escribe sobre papel pautado sus rutas de viaje piel adentro, las caídas libres al delirio, la diafanidad del deseo o los jocosos desconciertos para una voz”, apuntó César Tototzintle Nava, quien estuvo a cargo de la corrección de la edición. En ese quehacer se ve al autor “cavilar al escoger una palabra de manera quirúrgica y ser como aquel niño del poema de Octavio Paz, que cada que tira su trompo lo hace caer justo en el centro del mundo”. Si en otros autores se aprecian planteamientos, núcleos y desenlaces, en este creador ecuatoriano-mexicano “reconocemos oberturas, adagios, improntus, ritornelos, responsos” y otras indicaciones que comparten “su dirección orquestal sobre nuestras bien dispuestas emociones en tiempos y movimientos”.

Para los melómanos seguir los relatos de Rivas es algo parecido a ver a un director que agita las manos, su batuta, para indicar los movimientos de sus músicos y de los instrumentos musicales. Para comprobar esa analogía, invitó a la audiencia a leer “las andanzas estetizadas de la vida de Vladimiro Rivas Iturralde en la presente entrega de narraciones. Al finalizar la lectura de El amante y el artefacto soviético, pedirán de pie y con palmas batientes: ‘Encore, encore’”, rubricó.

            El amante y el artefacto soviético. Relatos escogidos, (México, 2017) se suma a los libros de relatos El demiurgo, (Quito, 1968); Historia del cuento desconocido, (México, 1974); Los bienes, (México, 1981); Vivir del cuento, (Quito 1993); Visita íntima, (México 2011) y, Música para nadie, (Quito, 2016). Además, ha publicado los ensayos Desciframientos y complicidades, (México 1991); Mundo tatuado, (2002); César Dávila Andrade. El poema, pira de sacrificio, (2008) y, Repertorio literario, (2014), así como la novela: El legado del tigre, (Quito-México, 1997). Es maestro en Letras Iberoamericanas por la UNAM y profesor investigador en la UAM-A, en donde obtuvo el Premio a la Docencia en el año 2000.

Otros libros editados por la UAM-A y presentados en esta edición de la FIL, fueron El bautizo de la noche. Pedro F. Miret, de Javier Perucho, con la participación de Maia Fernández, Dafne Guerra y el autor; Semana Mayor, de Alejandro Anaya; Más frío que la muerte, de Iván Medina y, El Refugio, de David Poireth. En la presentación de estos tres últimos, participaron Luis Tovar, Carlos Gómez Carro, Norma Muñoz Ledo y los autores.

Fotógrafo: Jorge Darío Perea Juárez

Recuerdo con nostalgia las conversaciones multidisciplinarias de pasillo: Hugo Eduardo Solís Correa

  • Los fundadores, a 43 años

POR GABRIELA MIRANDA PONCE

Ingresé a la UAM Iztapalapa, un 2 de septiembre de 1974 (por eso mi número económico es el 00553), por invitación del profesor que en ese momento era mi tutor de tesis de la maestría en Química Inorgánica, y quien era jefe del Departamento de Física y Química de esa Unidad. Allí estuve dos años. Había mucho trabajo: elaborar planes y programas de estudio, comprar equipo de laboratorios, crear instalaciones…, muchísimo qué hacer, tanto como en esta Unidad en esa época. En ésta última abrieron un método novedoso, el Sistema de Aprendizaje Individualizado (SAI). Atraído por él, en 1977 pedí transferir mi plaza de Iztapalapa a Azcapotzalco y me lo concedieron rapidísimo: lo solicité en enero ¡y en agosto ya estaba aquí!

            Durante tres años participé en el SAI. Los programas —que contenían una parte motivacional para los alumnos— incluían referencias bibliográficas, ejercicios y todo lo que consideráramos que les sería útil para que, al terminar el curso, hicieran el examen. En este sistema no se les obliga a asistir a conferencias; se preparan individualmente, se les entrega su examen cuando lo solicitan, lo aplican en hora y media y se califica dialogando con ellos. Si aprueba la unidad, pasan a la siguiente o, en caso de reprobarla, la recursan. Así es como sigue funcionando hasta la actualidad.

           A medida que se fue consolidando la docencia, se vivió un proceso de discusión para conformar la infraestructura orgánica y financiera que posibilitara su desarrollo. Entre los logros obtenidos está la definición de las áreas de investigación y su ubicación dentro del presupuesto de egresos. Como profesor fundador, fui elegido para participar en el proyecto.

            Entre años sabáticos y proyectos de investigación —que no siempre concluí porque me llamaban a participar en cargos administrativos—, elaboré mucho material didáctico y un libro que fue publicado por varias editoriales. Mi formación como químico me ha permitido participar en investigaciones acerca del tratamiento del agua y, desde 1998, he tenido alumnos que quieren hacer conmigo su servicio social o el proyecto terminal sobre ese tema, y acerca de una estufa ecológica basada en energía solar.

            En 1979 pasé a ser jefe de Área, un cargo administrativo muy elegante. ¡Fue un honor! Me encantaba estar al servicio de profesores tan brillantes como los de la UAM, brindarles calidad en su área de trabajo y facilidades en los laboratorios, que tuvieran los reactivos necesarios.

            Cuarenta años después, me doy cuenta que la Unidad ha crecido más de lo previsto. También se han generado normas, lineamientos, criterios y demás; esto cambia el ambiente de trabajo. Al inicio, cuando íbamos a la cafetería, absolutamente todos nos conocíamos: los de sociales, diseño, ingeniería e intendencia, entre otros. Actualmente, uno va ahí y ya están divididas las filas; eso hace lento el servicio y es difícil revivir la convivencia de los 80.

            Recuerdo con cierta nostalgia las conversaciones multidisciplinarias de pasillo: uno se encontraba con Gilberto Calderón de CSH, José Revueltas de CyAD, una secretaria, el rector, los alumnos. Esa multidisciplinariedad ahora sólo la tenemos con los estudiantes y en espacios muy reducidos.

            En 40 años ya me he peleado con fulano, mengano y zutano; ya son muy pocos los amigos que me quedan (dice entre risas). Es natural, lo siento casi como sucede en la familia: aunque sea pequeña o numerosa, siempre hay diferencias entre hermanos. Hemos pasado por muchísimos desacuerdos porque somos un colectivo muy unido; hay razones para decir: “¿por qué a ti te dieron esto y a mí no?”, pero con mi cargo en la jefatura del Departamento de Química tuve la oportunidad de reconciliarme con mucha gente.

            Me acuerdo que la Ley Orgánica fue dada por la Cámara de Diputados en enero de 1974, y ese era nuestro marco legislativo. Años después ya había Reglamento Orgánico, que vino a darle forma y dirección a las actividades de los órganos colegiados; esto ha dado lugar a un ambiente de trabajo dinámico, donde todos tenemos la oportunidad de participar en la organización y administración o ser parte del comité de estudios de las carreras.

            ¡Me siento plenamente realizado y orgulloso de haber sido fundador!

La industria del envase representa 14 mil millones de dólares: Jorge Jacobo Martínez

  • Un envase inadecuado puede estropear un producto o contaminar el ambiente

POR MARÍA GUADALUPE SALAZAR MONDRAGÓN

A decir del organizador del Segundo Congreso de Envase y Embalaje, doctor Jorge Alberto Jacobo Martínez, profesor investigador del Departamento de Procesos de CyAD, “la industria del envase representa ya 14 mil millones de dólares —en términos económicos— y es un área de profesionalización que cotidianamente invita a la innovación, pues cada nuevo producto es un desafío para el diseño y la funcionalidad del envase”.

            El envase es un concepto visual que vende la esencia de lo que contiene. Su historia va unida a la evolución de la humanidad: desde la antigüedad el hombre necesitó comercializar artículos que se tenían que transportar y conservar hasta llegar a su destino; fue así como surgió la necesidad de crear un contenedor, el embalaje.

            En el contexto actual de globalización, es necesario observar las normas y requisitos para la adecuada distribución, a nivel nacional e internacional, de los productos, de modo que otra área de especialización que se ha desarrollado a la par con esta industria, es la logística en el desarrollo de maniobras y transporte de embalaje. La ponencia, a cargo de la directora de Logística de MKD, Mónica Domínguez Valdés, se centró a detalle en este aspecto, en el mencionado congreso realizado en la UAM Azcapotzalco.

            La vinculación con la sustentabilidad también se ha tornado en un tema relevante en el desarrollo de este tipo de diseños. De la empresa Iniciativa GEMI, Alejandro Sosa Reyes, egresado de esta Casa abierta al tiempo, abordó el tema y aseguró que un envase inadecuado puede estropear un producto por muy bueno que este sea (como es el caso del vino), o contaminar el ambiente.

            Enfatizó que el diseño de esos contenedores está ligado al cuidado de la compatibilidad del producto, del envase y del embalaje, para asegurar que los materiales en conjunto no originen reacciones físicas o químicas que deterioren la calidad del contenido o su envase. Resulta primordial, dijo, garantizar desde el diseño el buen uso y manejo de los productos por el consumidor, y que, al término de su vida útil, la degradación de los mismos sea amigable con el ambiente.

            Además de estos temas, se presentaron otros de igual trascendencia como: la comunicación gráfica a través de los colores y logotipos, los nuevos códigos de identificación y seguridad para productos y marcas, las certificaciones que existen para los procesos de envases y embalajes, además de dar a conocer los concursos de diseño y ferias internacionales, espacios en los cuales las nuevas generaciones pueden participar con ideas novedosas.

            Esta edición fue también una oportunidad para vincular a los futuros profesionistas con las industrias, tema en el que abundó Hiram Cruz, director general de la Asociación del Envase y Embalaje (AMEE).

            Quienes tuvieron la oportunidad de asistir a las conferencias y talleres —algunos impartidos por los asociados de la AMEE (co-organizadora de este simposio junto con la UAM-Azcapotzalco)—, también podrán realizar prácticas profesionales o colaborar como becarios en cualquiera de las 35 diferentes empresas que participaron, entre ellas Vitro, Fuji y Herdez.

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Fotógrafo: Jorge Darío Perea Juárez

Los “cartoneros” han logrado el reconocimiento de su labor en la recuperación de materiales de desecho en Buenos Aires

  • Frente al neoliberalismo los trabajadores informales construyen una vía colectiva alterna

POR JUAN MANUEL TIRADO JUÁREZ

Para los habitantes de ésta y otras metrópolis mexicanas es casi imposible pensar que los trabajadores de los sectores informales de la economía pudieran agruparse en asociaciones o cooperativas para luchar por el reconocimiento de sus actividades y, aún más, llegar a ser considerados como servidores públicos. Sin embargo, en Argentina los allá conocidos como “cartoneros”, el equivalente en nuestro medio a los pepenadores, han conseguido —después de una tenaz lucha— organizarse en colectivos y federaciones que participan en diversos rubros de la economía popular.

            Durante poco más de una década, el doctor en Ciencias Antropológicas de la Universidad de Buenos Aires, Santiago Sorroche, ha estudiado muy de cerca el trayecto que han seguido las cooperativas y organizaciones en dos provincias de la zona metropolitana de la capital argentina, La Matanza y Lomas de Zamora. Durante la conferencia dictada en la UAM Azcapotzalco, Mejor que decir es hacer o la política de lo testimonial. Imágenes del movimiento obrero argentino en la construcción de organizaciones de la economía popular, destacó que, sin duda, en nuestro país resulta difícil pensar en la organización de los trabajadores informales, y que éstos se movilicen y enarbolen sus demandas. Esta ponencia se insertó dentro del proyecto de investigación Ciudadanía fragmentada, la sociabilidad política entre la resistencia y la desafección, a cargo del grupo académico Sociología de la política.

El trabajo de campo del doctor Sorroche lo ha llevado a relacionarse con los integrantes de diversos colectivos como la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (FACCyR), integrada por cooperativas pertenecientes al Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), y que forma parte de la Federación de Trabajadores de la Economía Popular de Argentina. Los carreros son el equivalente en México a las personas que recorren las calles en vehículos motorizados o tirados por mulas o caballos, que compran y recogen material de desecho.

Para ubicar los antecedentes de esas cooperativas ligadas al movimiento obrero de su país, señaló la importancia del papel desempeñado por el general Juan Domingo Perón a mediados del siglo pasado, quien antes de ser presidente fue secretario del Trabajo desde donde procuró mejoras y derechos para la clase trabajadora, y ésta le apoyó cuando fue encarcelado y posteriormente derrocado mediante un golpe de estado. Durante el peronismo se empujó la industrialización, lo que de alguna manera condujo al fortalecimiento de los sindicatos, y esto se tradujo en beneficios económicos y sociales para sus agremiados y para la sociedad.

Perón impulsó una vía propia en Argentina, el justicialismo —alterna al capitalismo y al comunismo—, para beneficiar a la población, pero se topó con sectores que enfrentaron sus medidas y que, incluso, se concretaron en asonadas militares y encarcelamientos. Sin embargo, los principios del peronismo siguen nutriendo a los sectores populares de ese país. El propio título de la ponencia, puntualizó el investigador, recoge una de las máximas peronistas: “Es mejor hacer que decir”.

A fines del siglo pasado, su país —al igual que buena parte del planeta— vio llegar la imposición del modelo neoliberal que dio lugar a la venta de empresas paraestatales, la privatización de sectores y la drástica variación del peso argentino frente al dólar, medidas que sentaron las bases para el estallido de la crisis económica y social con que Argentina recibió al nuevo milenio. Miles de personas quedaron desempleadas, muchas de las cuales nutrieron al movimiento “piquetero” (trabajadores desocupados) que encabezó de cierta manera la oposición a las políticas neoliberales, explicó.

Con la llegada a la presidencia de Néstor Kirchner, prosiguió, el país mejoró sus índices macroeconómicos, creció el empleo y los sindicatos recuperaron su fuerza, lo que no fue suficiente para paliar la situación de amplios sectores de la población. Estos tuvieron que insertarse en la economía informal o popular (como la denominan sus integrantes), para subsistir. Se han procurado sus “propios medios de trabajo y de producción”, pero no cuentan con protección social.

Sectores como el de los cartoneros —que a principios del siglo aglomeraba a más de 100 mil personas—, se han insertado en la economía popular y han impulsado una tarea colectiva, resaltó el investigador: los materiales que recuperan en la industria son utilizados como materia prima. En Argentina, continuó, “la ciudadanía está fuertemente ligada a la identidad como trabajadores”; por ello, esos grupos redoblan esfuerzos para ser reconocidos como tales y defender sus derechos.

            Durante su ponencia recordó que, a finales de la década de los 70, la junta militar empezó a procurar incipientes medidas para el tratamiento de los residuos: abrió rellenos sanitarios para depositar la basura que después de algún tiempo resultaron insuficientes —además de ser considerados focos de infección y contaminantes del subsuelo y de los mantos freáticos, así como productores de gases—, por lo cual fueron cerrados. Al mismo tiempo, impuso medidas para criminalizar la pepena. Además, con el pretexto de la celebración del mundial de futbol (y de paso para favorece a la burguesía urbana), abrió “cinturones ecológicos” para que los sectores más desprotegidos no afearan el paisaje: los arrojó.

Con el cambio de aires políticos y con la puesta en marcha de una serie de leyes, la situación de las personas dedicadas a la recuperación de los materiales de desecho se modificó: las luchas emprendidas a durante años empezaron a arrojar frutos. Apuntó que entre el 2003 y el 2006 se creó el Programa de Recuperadores Urbanos, con lo que se derogaron las prohibiciones dictadas previamente; se tomaron disposiciones a nivel nacional sobre el correcto manejo de los residuos, con lo cual los cartoneros fueron considerados actores centrales en la cadena del reciclaje y, con la Ley 1854, conocida como Basura Cero, se reconoció a los integrantes de ese sector como servidores públicos, con lo cual además de recibir medio salario mínimo mensual (el equivalente a 9 mil pesos mexicanos), tienen acceso a programas estatales.

Su situación cambió también en la forma de realizar sus tareas: se organizaron para clasificar y separar los materiales y procuraron informar a los ciudadanos sobre cómo hacer una separación adecuada de los desechos. Además, con la cooperativa Reciclando sueños se han constituido como una empresa que se enlaza con las industrias recicladoras para obtener mejores precios por los materiales recuperados. Ha contado con el apoyo de organizaciones no gubernamentales que la asesora para la realización de cursos, encauzar actividades y conseguir recursos.

Al experto, su cercanía con los trabajadores le ha permitido escuchar testimonios y observar cómo en la construcción política de sus cooperativas se aprecia la influencia del peronismo cuando los sectores populares se organizan e impulsan acciones colectivas con el gobierno, “concentrados en la ejecución de una misión común”.

Para el autor de diversos capítulos en libros colectivos, como La política de lo testimonial, Líderes, residuos y lugares. Reflexiones sobre la reglamentación global del reciclaje desde la experiencia de una cooperativa de cartoneros en La Matanza, los cooperativistas han impulsado la autosustentabilidad como una herramienta política que, al mismo tiempo, les ha permitido resignificar sus actividades, ser reconocidos como trabajadores y a su propio quehacer “como una actividad digna”. La intención de la cooperativa es ser considerada como una empresa con horarios y labores específicas, además de luchar por los derechos de los trabajadores.

En 2012, alrededor de cien cooperativas se organizaron por la defensa de sus derechos y el reconocimiento de sus labores sociales y ambientales; el MTE, junto con otras organizaciones políticas, fundó la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (Cetep), que aglutina también a vendedores ambulantes, pequeños campesinos y trabajadores de diversas ramas. Esa agrupación tiene en su agenda luchar por el seguro de salud, entre otras metas. Hace un par de años, un conjunto de organizaciones se lanzaron a la calle para que se promulgara la Ley de Emergencia Social, que estipula —entre otros aspectos— que “todos los trabajadores de la economía popular” reciban la “mitad del salario mínimo vigente” que, como se mencionó, es el equivalente a nueve mil pesos mexicanos al mes, aunque no es mucho porque la vida en Argentina es más cara.

Sorroche resaltó que ante el embate del neoliberalismo se respondió con “una construcción colectiva” para salir adelante. Las cooperativas “reafirman la organización entre vecinos; unidos han logrado cimentar la gremialidad, lo que abona a la construcción de un sindicato cartonero, para poder, de una buena vez, ser reconocidos plenamente como trabajadores”.

Para abrir esta actividad, el ensamble musical Szüret, de la Casa de la Cultura de la delegación Azcapotzalco, encabezado por José Vázquez Hernández e integrado por Cintia Gisela Alfaro Mireles y la alumna de Sociología de esta Unidad, Sigria Bethsabe Bravo Méndez, entre otros, interpretó varias obras de Vivaldi, entre ellas, el Concierto para violín número 9 y el Concierto número 8.

Ciencia multidisciplinaria con un componente bioético para el beneficio del paciente

  • Se impartió conferencia que relaciona la física con la medicina

POR JUAN MANUEL TIRADO JUÁREZ

Imagen: http://www.importancia.org

En la actualidad, los profesionales relacionados con la ciencia física tienen buenas posibilidades de incorporarse en algunas de las diversas ramas de la salud. Esa integración les permite interrelacionarse con otros especialistas de diversos ámbitos, lo que les abre las puertas para que se adentren en temas como dosimetría, radiología y medicina nuclear, entre otras, subrayó el maestro Juan Francisco Nava Aguirre, egresado de la licenciatura en Ingeniería Física de la UAM Azcapotzalco, durante la conferencia La física en Medicina. ¿Futuro profesional? Retos y realidades.

            Uno de los puntos centrales para entender la participación de los expertos en física en la medicina, tiene que ver con que los signos y síntomas del cuerpo son el reflejo de lo que está ocurriendo a nivel molecular. Los médicos se acercan a los físicos para que los auxilien en la realización de estudios especializados, por ejemplo, la toma de rayos x —que requiere tener la potencia y precisión adecuada para generar imágenes de calidad—; en la seguridad radiológica, que implica el manejo y la aplicación adecuados de materiales radioactivos; en la dosimetría, útil para aplicar los medicamentos a los pacientes en la cantidad exacta indicada por los médicos, y en lo relacionado con la medicina nuclear. La física médica, explicó, es “la aplicación de los métodos y herramientas de la física para cuidar y preservar la salud humana”.

            Si bien desde hace tiempo los físicos han estado colaborando en áreas como la radioncología y la radioterapia, poco a poco se han especializado en otras áreas, al grado de que, desde hace poco más de diez años, la Organización Internacional del Trabajo los considera como físico-médicos, pues han sido capacitados y educados para aplicar los conocimientos de su disciplina en la medicina, aseguró. En el terreno de la radioterapia, indicó, mantienen estrecha relación con médicos, enfermeras y con los técnicos e ingenieros que dan mantenimiento al equipo, aplican tratamientos contra el cáncer, y en medicina nuclear ayudan a la realización de pruebas diagnósticas, además de estar a cargo del manejo y cuidado de los materiales que se emplean en esos procedimientos.

Imagen: Átomos. http://www.vix.com

            Los físicos trabajan para obtener imágenes adecuadas y por ello es menester que se adentren en temas relacionados con el metabolismo, ya que cuando se hacen estudios a los pacientes les suministran reactivos para detectar la magnitud del eventual daño ocasionado por la enfermedad. Utilizan aparatos como el tomógrafo computarizado, que ayuda a revisar las partes del cuerpo sin ser invasivo.

            Respecto a la radioterapia, subrayó que en sí representa un avance de la física en el área de altas energías, pues se aceleran partículas para irradiar zonas corporales determinadas (las neoplasias). Cuando las células crecen de forma anormal, una opción para corregir la patología es aplicar radiaciones de manera precisa, con la intención de reducirlas y eliminarlas. En la aplicación de los haces es necesario seguir protocolos de seguridad y cumplir con el control de calidad para que las dosis sean las adecuadas, y como se señaló arriba, se apliquen en los lugares precisos, puntualizó Nava Aguirre. Para lograrlo, el tomógrafo se dirige en la dirección exacta a fin de no dañar tejidos sanos.

            El especialista, quien labora como auxiliar del encargado de Seguridad Radiológica del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), destacó que se hace ciencia multidisciplinaria con un componente bioético para el beneficio del paciente.

            Además de las labores enunciadas, los físicos se dan su tiempo para preparar a los nuevos profesionales que se van a incorporar a esas tareas en los hospitales, trabajan con los nuevos residentes para familiarizarlos con los equipos y con los procesos de trabajo, y dan capacitación a los médicos que se especializan en medicina nuclear.

            En el ámbito de la seguridad radiológica, refirió que éstos tienen una interrelación directa y constante con los organismos reguladores del sector salud, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios y la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias, a fin de mantener el manejo adecuado y seguro de los materiales radioactivos y nucleares, además de cuidar que se utilicen para lo que está destinado.

            En su plática dirigida a los estudiantes de CBI, con base en su experiencia profesional enfatizó que entre las materias más útiles de la licenciatura en ingeniería física para incursionar en la medicina, están: física moderna, electromagnetismo, instrumentación, mediciones, electrónica y matemáticas que, en conjunto, proporcionan herramientas para desenvolverse con solvencia.

Imagen: Ciclotrón. http://www.medicalexpo.es

            Durante la conferencia organizada por los doctores Víctor Hugo Uc Rosas, Guadalupe Hernández Morales y Rodolfo Espíndola Heredia, adscritos al Departamento de Ciencias Básicas de la División de Ciencias Básicas e Ingeniería, dentro del ciclo La ciencia en tu universo, Nava Aguirre refirió que en el INER, si bien no se aplica radioterapia sí se hace radiodiagnóstico. En su experiencia de poco más de una década en este instituto, remarcó que ha tenido la oportunidad de trabajar con grupos multidisciplinarios, conocer áreas clínicas diversas, colaborar con médicos, radiólogos, enfermeras, investigadores en ciencias biomédicas, psicólogos, pedagogos e, incluso, con abogados.

            El maestro en Ciencias de la Salud por la Escuela Superior de Medicina del Instituto Politécnico Nacional, resaltó que los físicos “tienen buenas oportunidades de incorporarse al sector salud”, hay mucho trabajo en investigación; se pueden sumar a proyectos de bioinformática —para estudiar las redes neuronales—, de física biológica, biofísica, termodinámica, biomateriales y el estudio de las células.

            Finalmente, aseveró que la física es una carrera profesional atractiva, económicamente hablando: citó una encuesta del diario El Financiero en la que se asienta que es rentable y bien pagada y con poca demanda estudiantil, e inclusive señala que los ingenieros físicos tienen puestos de importancia en varios hospitales. Así que, con ese panorama, instó a los alumnos a considerar esa disciplina con su interacción en la medicina.

            Después de agradecer al ponente por su participación, el doctor Uc Rosas aprovechó para extender la invitación para asistir a las próximas sesiones, la cartelera está en la página electrónica divisional http://cbi.azc.uam.mx/.

Las prácticas ancestrales de cultivo son reconocidas como la fuente de mayor cantidad de alimentos: José Sarukhán

POR JUAN MANUEL TIRADO JUÁREZ

México y el mundo enfrentan una serie de problemas ambientales que requieren la participación de los académicos e investigadores de las más diversas disciplinas y de los campesinos –entre otros involucrados– para que aporten sus conocimientos, desde sus respectivas áreas, con la idea de paliar los efectos nocivos ocasionados a los mares, selvas y bosques. Es necesario emprender de inmediato acciones conjuntas, pues si no se actúa cuanto antes las generaciones venideras sufrirán las consecuencias.

La perspectiva para México es complicada pues, si bien es un país con recursos de muy variada procedencia, enfrenta problemas ambientales por el exceso en el uso de la energía y la pérdida de la biodiversidad, lo que hace necesario cambiar su relación con la naturaleza y el modelo que impulsa a la gente a consumir.

            Los conceptos anteriores fueron compartidos por el doctor José Sarukhán Kermez, coordinador nacional de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), durante su ponencia Biodiversidad mexicana: seguridad y soberanía alimentaria, ofrecida en la Unidad Xochimilco como parte de la serie de Conferencias Magistrales Metropolitanas organizadas por la UAM con motivo de su 45 aniversario.

Ante un público numeroso, el exrector de la Universidad Nacional Autónoma de México resaltó que los seres humanos somos producto de una variedad biológica que obtenemos mediante los alimentos. Ninguna manifestación cultural se vuelve parte de nosotros, sólo la comida; ésta “define a las culturas más que un himno nacional o una bandera”. Por ello, es necesario poner el acento en su protección ante los problemas que la aquejan, tales como el cambio climático y el calentamiento global, producto —entre otros factores— del consumo de materiales energéticos fósiles y de la creciente presencia de los gases de efecto invernadero.

De ahí que cobra especial atención prospectar cómo se alimentará la sociedad mexicana dentro los próximos 25 o 30 años, teniendo en cuenta que —en la actualidad— seis empresas de semillas controlan el 70 por ciento del comercio mundial y, de alguna manera, determinan qué se siembra, subrayó. El investigador aseguró que contamos con una biodiversidad biológica enorme y nuestro país es “uno de los centros de domesticación de plantas cultivadas”; desde épocas remotas, las mujeres —principalmente— fungieron en forma virtual como investigadoras pues experimentaban con las especies, las probaban y volvían a sembrarlas y así hasta llegar a las actuales.

Al visualizar la alimentación para el país en las próximas décadas, se debe tomar en cuenta que esa producción es un factor que impacta profundamente sobre los ecosistemas, además de considerar el crecimiento demográfico y el consumo per cápita, dijo.

Respecto a los daños observados como resultado de la producción alimentaria y de otras actividades, ilustró la gran disminución de los bosques en el país: en el estado de Veracruz se ha reducido al tres por ciento el espacio que ocupaban en el siglo XIX. Asimismo, recordó los estragos ocasionados por los huracanes, pues al no contar con bosques y suelos que contengan las crecientes, éstas arrasan con las poblaciones. La pérdida de suelos es un problema grave pues no son fáciles de recuperar; son producto de procesos de la naturaleza que se llevan mucho tiempo.

            Señaló que hace algún tiempo se decía que la agricultura —como la realizada en Estados Unidos y en países más desarrollados—— con herramientas de alta tecnificación y el empleo de fertilizantes, pesticidas y plaguicidas, era un salto adelante para la producción. Sin embargo, con el paso del tiempo se ha comprobado que es altamente dañina para los ríos y los mares. Mencionó el caso de la cuenca del río Mississippi que baja al Golfo de México los desechos químicos de las áreas que recorre, ocasionando graves estragos a los lechos marinos, creando las llamadas “zonas muertas marinas”, lo que también ocurre en otros lugares del planeta.

Si en esos momentos se le dio gran impulso a ese tipo de agricultura, en sentido contrario se cuestionaba a los campesinos que seguían conservando sus prácticas ancestrales. Se decía, sin razón, que eran flojos y que sólo se encargaban de áreas pequeñas, de entre una y tres hectáreas. Ahora es tangible que esa forma de producir —desarrollada desde hace miles de años (México es considerado “un país de origen” de esa práctica)— es una alternativa para resguardar la diversidad ecológica y cultural. Es de tal valía esa modalidad que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), reconoce que “es la fuente de la mayor cantidad de alimentos”.

Más adelante recordó que entre los años 60 y 70, organismos como el Banco Mundial impulsaron la llamada Revolución Verde: se decía que ya no era necesario hacer investigación en el campo pues se había resuelto la producción de alimentos. Muchos países se alinearon a esas directrices —entre ellos México— y con ello se dio al traste con los trabajos realizados en materia pecuaria, agrícola y forestal, con la consecuente languidez de los centros de investigación. Naciones como Argentina y China, entre otros, no siguieron esos mandatos, prosiguieron sus indagaciones y hoy destacan a nivel mundial.

Resaltó la necesidad de recuperar la riqueza que se esparce en el campo. Citó el caso del maíz, del cual pocos saben que existen 59 especies, valoradas por las etnias y los campesinos que las cuidan y preservan. Esa riqueza se alcanzó sin recursos tecnológicos sino que ha sido el “producto de un ecosistema inventado por la humanidad”, que se fue desarrollando en las milpas. Las plantas eran malezas y con el paso del tiempo alcanzaron el carácter que ahora se conoce.

En la Conabio, informó, se tiene proyectado abundar en esa dirección, pues ha sido un “proceso de evolución bajo domesticación que está vivo”. Para echar a andar la iniciativa, ya empezaron a tender lazos con académicos, centros de investigación, universidades, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), organizaciones no gubernamentales y la gente de campo. De llegar a buen puerto, podría “convertirse en una política nacional para dirigir la producción alimentaria en México”. Ya se han hecho trabajos con plantas cultivadas y con sus especies silvestres cercanas, asentó

Destacó que desde la academia y la fuerza social se pueden empujar cambios con bases sólidas y sustentadas. Por ello se hace necesario que los investigadores sensibilicen a los políticos y que esos esfuerzos se traduzcan en políticas orientadas a resolver las problemáticas ambientales, de sustentabilidad y de la forma de producir los alimentos.

El biólogo egresado de la UNAM, maestro por el Colegio de Posgraduados y doctorado por la Universidad de Gales, Reino Unido, recalcó la importancia de que se informe y sensibilice a los alumnos de todas las disciplinas sobre los impactos y el cuidado de la naturaleza y, una vez conscientes de la situación, se empiece a cambiar las cosas desde todos los ámbitos.

Asimismo, subrayó que además de ciudadanos somos consumidores, lo que determina que se produce; por ejemplo, la carne. Las heces del ganado bovino podrían acarrear el incremento de la generación de gases de efecto invernadero, superando a la industria. “Como humanidad habremos de considerar nuestro consumo, pues en los niveles actuales tiene un efecto negativo enorme sobre la naturaleza”.

No basta con sólo apagar los focos al salir de la habitación; se necesitan cambios de mayores alcances, rubricó el merecedor del Premio Taylor de Ecología, equivalente al Nobel, e integrante de una buena cantidad de organizaciones científicas, tanto en México como en el extranjero.

A través de aleph envió un mensaje a los estudiantes de la UAM: “Todos tienen la necesidad de entender qué está pasando con la actividad humana en este planeta, y darse cuenta que es el resultado de lo que cada uno de nosotros hace todos los días”. Por ello, los instó a “cambiar la manera de trabajar”, a analizar y racionalizar mucho más los estándares de vida, “porque los jóvenes son los que más van a sufrir los efectos del cambio ambiental”, tanto por el cambio climático en sí como por la pérdida de la diversidad biológica.

Durante el acto, el rector general de la UAM, doctor Eduardo Peñalosa Castro, subrayó que el liderazgo de la UAM como entidad que difunde y preserva la cultura, contempla “aspectos que debemos inculcar en beneficio de todos”, orientados a no comprometer los recursos de las siguientes generaciones “por satisfacer los patrones de producción y de consumo irracionales que caracterizan a nuestra sociedad. Se vuelve así un principio que debemos de cumplir y preservar”. En este tenor, continuó, la visita del doctor Sarukhán, con los temas de interés que vino a compartir con la comunidad de la Unidad Xochimilco, “resulta de la mayor relevancia”.

A su vez, el rector de la sede anfitriona, doctor Fernando de León González, agradeció la visita de tan distinguido hombre de ciencia.

El futuro imaginado a partir del uso de la biotecnología, ¿es el deseable?

  • Se llevó a cabo la Semana de Sociología Rural

POR MARÍA GUADALUPE SALAZAR MONDRAGÓN

Jean-Francois Millet (1814-1875)

En el marco de la Semana de Sociología Rural realizada en la UAM Azcapotzalco, en la que se desarrolló el tema Los impactos recientes del Tratado de Libre Comercio en la agricultura, la biotecnología y la migración, el grupo de investigadores del área Impactos sociales de la Biotecnología, de la UAM Azcapotzalco, conformado por las doctoras Michelle Chauvet Sánchez, Paz Trigueros Legarreta, Yolanda Castañeda Zavala, Rosa Luz González Aguirre, Arcelia González Merino y el doctor Nicholas Matthew Risdell, informaron que, apoyados en proyectos colaborativos con el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), han asumido el reto de investigar y experimentar nuevas formas de aplicación de la biotecnología en el cultivo del frijol. Esto, para responder a los requerimientos de los productores nacionales de esta leguminosa, ya que su crecimiento sólo se da en ciertas temporadas y su cosecha se ve amenazada por diversos tipos de hongos.

            Durante esta actividad coordinada por el doctor Armando Sánchez Albarrán, especialista del Departamento de Sociología, los investigadores coincidieron en señalar que —con el impulso de la biotecnología— el desarrollo de transgénicos ha ido a la alza desde 1996, y se han modificado genéticamente los cultivos de soya, maíz, algodón y canola para desarrollar especies resistentes al herbicida conocido como glifosato.

            En sus ponencias señalaron que la investigación y experimentación en México se ha enfocado en las 30 variedades del frijol tipo Flor de mayo que se han cultivado y mejorado en Zacatecas, después de una selección en función de su resistencia a la sequía, principal limitante para su producción.

Jean-Francois Millet La cosecha de para (1855)

          Las desventajas que han observado, dijeron, es que el frijol transgénico sólo se ha desarrollado en laboratorio y no se ha comparado la diferencia nutricional entre éste y el cultivado de manera tradicional en la misma zona. Otra, es la pérdida de biodiversidad biológica debido a que se alteran los ecosistemas naturales que además impacta las costumbres culturales de esas zonas, ya que el cultivo de transgénicos deja de lado la tecnología endógena de las comunidades y, por lo tanto, la capacidad de los agricultores para responder a los problemas locales.

            Respecto a los experimentos con la soya transgénica en México, aclararon que en Yucatán se detonó un proceso de choque entre los productores debido a que hay muchos apicultores que se muestran molestos y preocupados porque las abejas puedan contaminarse al entrar en contacto con la producción transgénica, y de que eso altere las propiedades de la miel.

         De ahí la importancia de que la investigación e innovación se tenga que desarrollar de manera responsable, acordaron.

            Los expertos concluyeron que habría que repensar la noción de un nuevo concepto surgido en la academia, el de Investigación e Innovación Responsable, a través del cual se analizará y discernirá si el futuro imaginado a partir del uso de la biotecnología es el deseable.

            Las líneas temáticas desarrolladas ese día fueron tres: Crisis agrícola, Efectos de la biotecnología y Efectos sociales.